El senador Rodrigo Paz, de 58 años, fue elegido este domingo presidente de Bolivia tras imponerse en el balotaje con el 54,6% de los votos frente al 45,4% del exmandatario Jorge Quiroga. Su victoria pone fin a 20 años de gobiernos de izquierda, iniciados con Evo Morales en 2006 y continuados por Luis Arce, a quien sucederá el 8 de noviembre.
Fin de una era política
Economista y dirigente de centroderecha, Paz asume en un contexto complejo: Bolivia enfrenta la peor crisis económica en cuatro décadas, con una inflación interanual del 23% y reservas internacionales en niveles mínimos tras años de subsidios a los combustibles. El Banco Mundial proyecta incluso una recesión prolongada hasta 2027.
Hijo del expresidente Jaime Paz Zamora (1989-1993), el nuevo mandatario se presenta como la cara de un cambio moderado. Promete una política económica basada en la formalización del empleo, la reducción de impuestos y una reestructura interna de las finanzas antes de recurrir a préstamos internacionales.
Con su llegada al poder, se cierra el ciclo del Movimiento al Socialismo (MAS), durante el cual Bolivia nacionalizó recursos naturales, rompió vínculos con Estados Unidos y estrechó alianzas con China, Rusia e Irán. Desde Washington, el secretario de Estado Marco Rubio felicitó a Paz y expresó la disposición de su país a “trabajar en prioridades compartidas”.
Desafíos y tensiones en el nuevo escenario
Aunque su fuerza tendrá la bancada más grande del Parlamento, Paz no contará con mayoría propia y deberá negociar con la oposición para avanzar en sus reformas.
Mientras tanto, el expresidente Evo Morales, impedido judicialmente de presentarse, sigue siendo una figura de peso político. Desde su bastión en el Trópico de Cochabamba, Morales advirtió que permanecerá en el país para “dar batalla” si la derecha, como la define, busca revertir las transformaciones de su gestión.
El nuevo presidente promete iniciar una etapa de “reconstrucción económica y diálogo político” que ponga fin a la polarización y devuelva estabilidad a un país clave en el eje andino.
Con información de AFP.




