La expedición «Uruguay Sub 200» a bordo del Falkor Too volvió a sorprender en su última transmisión desde el Atlántico Sur. El protagonista fue un pez luna o mola (Mola mola), considerado el pez óseo más pesado del mundo, que acompañó durante largos tramos al robot submarino ROV SuBastian en una estación frente al cañón submarino de Cabo Polonio.
El pez luna puede alcanzar más de 2,5 metros de longitud y superar las dos toneladas, lo que lo convierte en el pez óseo más grande conocido. Presente en océanos templados y tropicales, se alimenta principalmente de medusas y organismos gelatinosos, y es reconocido por su aspecto singular y su comportamiento tranquilo.
¿Por qué los seguía?
Los científicos explicaron que este comportamiento podría deberse a que el ROV, al iluminar el entorno, atrae al zooplancton que forma parte de la dieta del pez luna, lo que explicaría por qué decidió seguir de cerca la travesía.
De imponente tamaño y nado pausado, el ejemplar se cruzó varias veces frente a la cámara, incluso en un plano compartido con una medusa que dejó una de las postales más llamativas de la jornada.
Los avistamientos ocurrieron a unos 300 metros de profundidad, dentro del Talud superior, en el sector central del área de estudio, a 179 kilómetros al sureste de Cabo Polonio (Rocha), 414 kilómetros de Carmen (Durazno) y 526 kilómetros de Palmitas (Soriano). La estación se ubica en la cabecera del cañón submarino Cabo Polonio, un sistema de 118 kilómetros de largo y 85 de ancho, caracterizado por montículos carbonáticos y corales duros (Desmophyllum pertusum).
Los investigadores aprovecharon el acercamiento del animal para mostrar cómo se pueden medir sus dimensiones a través de lásers, que permiten estimar la distancia “de aleta a aleta”. Estas herramientas, montadas en el ROV, facilitan obtener datos precisos sin necesidad de intervenir directamente sobre la especie.